<>"Por sus hechos los conocereis"
En estos tiempos donde la libertad mediática no tiene limite, sea escrita o hablada, hay desalmados que se ocultan en el anonimato, como el caso que nos ocupa, a través de un medio como el blok que no tiene control, manifestándose en foros carentes de responsabilidad que de manera cobarde y sin escrúpulos hieren a personas dignas.
Como Gran Canciller de la Orden Bonaria, me siento dañado en mi honor al leer las acusaciones y calumnias vertidas en el “panfleto” redactado por un cobarde que tiene su nombre y que por respeto hacia las personas que puedan leer este escrito y por la repugnancia que tengo al personaje no lo escribo, que solo le vale hablar mal de personas integras, en lugar de informar de su trabajo realizado.
¿Tiene credibilidad alguien que escribe en el anonimato basándose en manifestaciones que nunca tienen una confirmación seria?, escribe de una sentencia judicial que se basa en unos hechos, que dice se ha dictado y donde su encabezamiento injurioso dice “condena por homicidio” y leída la susodicha, nunca se reseña el nombre de nuestro Gran Maestre.
Como desconoce la honorabilidad de nuestro Gran Maestre y de la institución que preside, la Orden Bonaria, debo informar bajo mi responsabilidad, que el fin principal de la Orden es la Caridad para todos los seres, es algo que con seguridad el “anónimo” no conocerá. Todos miembros de nuestra Orden aportamos voluntariamente nuestro trabajo para realizar proyectos humanitarios en todo el mundo. Nuestra institución tiene Prioratos en la mayoría de los países, dando fe de ellos las personas responsable de dichos prioratos.
Pienso que la envidia hace que las personas desocupadas y que disponen de mucho tiempo, se sienten atraídos por las vidas ajenas; porque la apatía y holgazanería no fomentan la vida activa e
intensa, y sus existencias se colman de aburrimiento y languidez: en este caso no hay mejor divertimento que observar la idas y venidas de los demás. El envidioso es un juez implacable, todo los juzga, de todo opina, de todo habla. Es por naturaleza holgazán y nunca se ocupa de estudiar los actos del envidiado, sus juicios suelen ser insensateces y sus palabras siempre resultan ofensivas o perjudiciales en una palabra ¡¡CALUMNIAS!!
En estos tiempos donde la libertad mediática no tiene limite, sea escrita o hablada, hay desalmados que se ocultan en el anonimato, como el caso que nos ocupa, a través de un medio como el blok que no tiene control, manifestándose en foros carentes de responsabilidad que de manera cobarde y sin escrúpulos hieren a personas dignas.
Como Gran Canciller de la Orden Bonaria, me siento dañado en mi honor al leer las acusaciones y calumnias vertidas en el “panfleto” redactado por un cobarde que tiene su nombre y que por respeto hacia las personas que puedan leer este escrito y por la repugnancia que tengo al personaje no lo escribo, que solo le vale hablar mal de personas integras, en lugar de informar de su trabajo realizado.¿Tiene credibilidad alguien que escribe en el anonimato basándose en manifestaciones que nunca tienen una confirmación seria?, escribe de una sentencia judicial que se basa en unos hechos, que dice se ha dictado y donde su encabezamiento injurioso dice “condena por homicidio” y leída la susodicha, nunca se reseña el nombre de nuestro Gran Maestre.
Como desconoce la honorabilidad de nuestro Gran Maestre y de la institución que preside, la Orden Bonaria, debo informar bajo mi responsabilidad, que el fin principal de la Orden es la Caridad para todos los seres, es algo que con seguridad el “anónimo” no conocerá. Todos miembros de nuestra Orden aportamos voluntariamente nuestro trabajo para realizar proyectos humanitarios en todo el mundo. Nuestra institución tiene Prioratos en la mayoría de los países, dando fe de ellos las personas responsable de dichos prioratos.Pienso que la envidia hace que las personas desocupadas y que disponen de mucho tiempo, se sienten atraídos por las vidas ajenas; porque la apatía y holgazanería no fomentan la vida activa e
intensa, y sus existencias se colman de aburrimiento y languidez: en este caso no hay mejor divertimento que observar la idas y venidas de los demás. El envidioso es un juez implacable, todo los juzga, de todo opina, de todo habla. Es por naturaleza holgazán y nunca se ocupa de estudiar los actos del envidiado, sus juicios suelen ser insensateces y sus palabras siempre resultan ofensivas o perjudiciales en una palabra ¡¡CALUMNIAS!! 
